Ahí estaban, con sus gorras para atrás y sus golpes de la
vida encima. Haciendo una fila interminable para ver un show de improvisación
donde según el slogan de la gente, lo que más pide es “sangre”. Un evento que
conectó a más de ocho mil personas de distintos destinos del país y que –en su
gran mayoría- los representantes era gente joven, con ganas de cambiar las
cosas.
Me fui sorprendido, si. No recuerdo en mis años vividos un lugar
donde te pidan mirar al de al lado, agradecerle y, sobre todo, defenderlo y
cuidarlo como si fueras vos mismo. No consigo memorizar un espacio – que no sea
una cancha de futbol- donde se cante el himno de Argentina con tanta pasión y
sentimiento. Ahí estaban ellos, con sus gorras para atrás, respetando en
silencio cada frase que soltó Skone (campeón Intenacional de Red Bull 2016)
sobre el trágico atentado ocurrido en Barcelona.
Vi a madres llorando al ver la felicidad de su hijo por
estar en el mítico Luna Park. Vi padres, cuñados, tíos subiendo en alzas a
jóvenes de ocho años (o menos) para que puedan ver la batalla. Vi grupos de
niños emocionados y atónitos por estar ahí
adentro y que no perdían un segundo en compartir los resultados de las
batallas con sus mejores amigos por celular. Vi una familia entera unida,
gritando juntos una respuesta o saltando con un flow del viejo y querido Tata.
El campeón de la fecha, Wos, sin importarle tanto el
campeonato obtenido no habló de su futuro en la
Internacional de México sino que aprovechó para agradecer todo su
pasado, sin por el cual no pudiera estar ahí. Agradeció primero a sus amigos,
luego a su familia y después volvió a sus amigos… pero no pudo evitar callarse
y pidió por una realidad de país pero sin hacer pólitica partidaria: “Hay gente
que se esta quedando sin laburo, hay gente desaparecida en democracia,
ayudemos, ayudémonos”.
No hubo un solo incidente, tampoco agresiones físicas en el
escenario. En el final, cuando parecía todo terminar todos los competidores se
unieron en un abrazo a Wos y le desearon mucha suerte en su próxima parada, la
cual no será nada fácil.
Y como dijo el reconocido Misionero, me puse a pensar.
¿Qué pasaría si todos actuaríamos así en nuestra vida
cotidiana?
¿Qué sucedería si el respeto que irradia la cultura hip-hop
invadiera toda la República?
¿Qué puede ser más importante que mirar a los ojos a
alguien? ¿Qué te puede llenar más el alma que ayudar a alguien que no conoces?
Las cosas materiales van muchas veces y vuelven pocas, pero
hay cosas que deben durar para siempre. Una de ellas es el respeto, la otra
crecer como persona dentro de una cultura llena de posibilidades, donde se
puede ayudar (y mucho) a cambiar esta realidad.
Como bien dijo Skone en ese infinito silencio del Luna Park: "Al odio no se le gana con odio y solo el amor puede cambiar las cosas"