lunes, 21 de diciembre de 2015

El final de una carrera es el principio de otra.



Para muchos ganar una carrera es una meta, para otros solo un nuevo comienzo. Criado con los ruidos del autódromo y los sueños de su padre, encontró desde joven su pasión: ser piloto de automovilismo. Esta es la historia de Tomas Fineschi, uno de los pilotos más jóvenes del Turismo Pista. También uno de los que tiene mejor presente y mejor futuro.
El piloto oriundo de Quilmes se emociona y se vuelve en sus recuerdos para hacer memoria. Fue hace tiempo, cuando aún era un sueño tanto manejar como aprender a caminar correctamente. 


“Elegí el automovilismo porque mi familia le dedico mucho tiempo, de chico acompañaba a mi papa (Fabian) y me di cuenta que era realmente lo que me gustaba, pero faltaba tiempo”.
Como muchas veces en la vida, Tomas sabia cual era su camino, o al menos lo imaginaba, pero aun no podía transitarlo 
Hoy sigue siendo tan taurino como aquel 2 de Mayo de 1996 y es tan piloto como soñaba aquel joven apasionado. En 2015 fue su año de entrada al automovilismo “luego de hacer la primera prueba en el autódromo Mouras me di cuenta que realmente me gustaba, desde ahí hice todo lo posible para empezar a correr”. Ahora con siete carreras en su haber, en las cuales obtuvo cuatro podios y dos de ellos en primer lugar, no piensa en logros ni títulos vacios en su futuro, sino en seguir creciendo en la disciplina para adquirir experiencia y algún día ser profesional. 
El 2015 no fue un año impensado. Correr esas siete carreras con su Fiat uno color azul, blanco y celeste (colores característicos del Freire Motorsport) siempre había resonado en su cabeza, la misma que hoy se anima a soñar:


“La idea del año que viene es seguir creciendo y la mejor manera es pegando el salto a clase dos”, nombra una y otra vez mientras espera que llegue el Jueves navideño.

Cambio muchas cosas en su vida, es más alto, mas piloto e incluso mejor persona que aquel rubio que jugaba al fútbol en un club de barrio llamado Don Balón, pero sigue manteniendo su humilde perfil. Una muestra de esto es la calidez con la que se desenvuelve en las pistas y en la vida, la otra, que sigue teniendo el mismo ídolo de siempre: su primo Damian, quien también es piloto, pero de Supertc 2000. Quizás esta historia recién comience, quizás el automovilismo marco hace tiempo a la familia Fineschi y hay un sueño que Tomas no puede dejar de mencionar: 


“Ojala algún día corra con el, sería lo mejor” 

Tomas, hablando luego de su subcampeonato, en el año que cumplio algo que pensaba desde niño





miércoles, 9 de diciembre de 2015

Tomas recorre el mundo detrás del rugby

Tomás Antozzi, fue tercera línea del East Rugby Unión, último campeón de la liga Brisbane de Australia, afirmó que "el rugby en Oceanía es mucho más competitivo, rápido y dinámico que el argentino" y que el manejo de la pelota "es claramente superior en Australia que en nuestro país".
El rugbier nacido en Quilmes mencionó: "Al principio se me complicaba con el tema del idioma y mucho más dentro de los partidos, pero con el pasar del tiempo fui mejorando” y agregó: "En los lines era difícil porque las jugadas se marcan con letras y la letra E para ellos es similar en la pronunciación a la I de Argentina, por eso me confundía bastante, hay que reaccionar rápido”. Según sus propias palabras mejoró mucho el idioma y aprendió demasiado, pero "al estar cansado en la cancha y no ser mi idioma se me complica 10 veces más, igual me tienen mucha paciencia” según él mismo comentó.


Antozzi, que en 2012 cumplió su sueño de integrar la selección de Buenos Aires, señaló que en el momento de su llegada a territorio australiano, todos los jugadores del plantel se acercaron a presentarse y que eso “hizo que me tranquilizara un poco”. El joven de 1.90 metro de altura explicó que se sentía en inferioridad física con respecto a sus compañeros porque venía de un rugby diferente como el argentino, pero que después de una temporada en el rugby de primer nivel se siente mucho mejor y lo disfruta más.
Pese a disfrutar mucho el presente que está viviendo a varios kilómetros de su país de origen y aludir a la superioridad de juego que hay en Australia sobre Argentina, extraña al del rugby local: 



“El tercer tiempo en Argentina es algo sagrado, es muy valioso, acá una vez que se termina el partido cada uno hace lo que quiere, es horrible, todavía me cuesta acostumbrarme a eso”.

“Vivo en una casa con dos compañeros del plantel(Oliver y Simon), ambos son australianos, la convivencia es normal porque todos hacemos algo en el hogar, generalmente yo soy el que tiene que cocinar”. Las comidas cuenta que son similares a las Argentinas, aunque extrañe el dulce de leche y el asado, pero lo que más lo sorprende es que “se come muy temprano, alrededor de las 19:30 y a las 23 como tarde están todos durmiendo”.
El ex jugador del Circulo Universitario de Quilmes (CUQ) aludió a una diferencia central en la vida cultural entre ambos países apuntando que


“Acá todos viven haciendo deporte, siempre están en movimiento, allá la gente no se preocupa tanto por su estado físico”

Añadió que “El rugby en Australia es como el fútbol en la Argentina, son todos muy apasionados, odian perder, son demasiado exigentes consigo mismo en cuanto al deporte. Acá vienen aproximadamente 200 personas por partido y en las rondas finales la cancha esta llena, se escuchan constantemente reproches y críticas al árbitro (el no coincide con esta actitud), es increíble” destacó Tomás sobre la pasión de los hinchas de su equipo y de Oceanía en general.
Para finalizar, Antozzi no ocultó su deseo de vestir la camiseta de “Los Pumas” y aunque sabe que es difícil y requiere mucho esfuerzo.


“Nunca voy a dejar de luchar, es mi sueño máximo, al que no puedo renunciar, sería un honor representar a mi país”