Gabriela Salvini encontró su lugar donde dar batalla

Gabriela Salvini siempre se consideró una persona revolucionaria en los pequeños actos cotidianos, buscaba desde joven lugares donde "dar batalla" a hechos naturalizados incorrectos. Desde su adolescencia tenía en claro que la educación es un acto de amor y de revolución y por eso encaminó su vida a ser docente. Motivada por recuperar su fuente de trabajo perdida por la titularización masiva de docentes en la provincia de Buenos Aires comenzó a trabajar en la cárcel y desde allí, cambió la realidad.

"Los años frente al CUSAM fueron de un extraordinario aprendizaje, tanto de los estudiantes privados de su libertad, como de las instituciones y comprobé que si pones el alma, el cuerpo y el conocimiento académico la realidad se transforma"

La ex directora del CUSAM comenta que es posible recuperar a una persona con el correcto trabajo pero afirma que debe ser revisado el Sistema Penitenciario dado que el mismo "debería estar dirigido por personal civil: docentes, pedagogos, abogados y demás, pero la seguridad no tiene nada que ver con las condiciones de detención, deberían estar fuera del perímetro de la carcel misma". Esto lo explica desde una razón lógica, no se puede poner "al cuidado de la integridad de las personas" a otras que son entrenadas para reprimir y ejecutar órdenes.
La profesora que comenzó dando clases en el ciclo introductorio comenta: "Ya tenemos seis graduados entre detenidos y ex detenidos y este año se van a graduar los primeros empleados del SPB, los cuales estudian en CUSAM junto a los detenidos. No existen situaciones de violencia, todo lo contrario: comparten recreos y todo".  En el Centro Universitario San Martin se estudia Licenciatura en Sociología, Licenciatura de Trabajo Social y Diplomatura en Gestión Cultural Comunitaria y los detenidos acompañan en un gran número los distintos talleres brindados con el fin de cambiar su realidad.

Gabriela no puede evitar emocionarse cuando habla de sus ex alumnos, por los cuales afirma sentir demasiado orgullo por como revirtieron su situación. Pero no todos los aspectos son positivos en esta experiencia, según afirma Gabriela "muchas cosas se nos escapan de la mano porque la mayoría de las Instituciones son lentas y cuando vivís en el día a día con urgencias, no podes esperar a que se pierdan vidas, eso es muy doloroso"
 Otra cosa que pone muy triste a la Magister es "la vida después de la cárcel" puesto que los presos vuelven a la misma realidad que los golpeó desde chicos y los dejó sin nada antes mismo de perder la libertad. "Una persona que no tiene nada es muy difícil que no vuelva a caer porque la sociedad los encierra en algo más terrible que la cárcel misma" afirma.

La educación transformó la vida y la manera de pensar de Gabriela en distintas cuestiones y una de ellas es dejar de pensar la cárcel como una isla. "Hay que pensar en la cárcel según la vida de la persona y ver como intervenimos en él para su futuro en libertad, tomando en cuenta quien era antes de estar preso, ese  proyecto pedagógico territorial es lo que busca el CUSAM" afirma.
En base a su futuro, la exdirectora del Centro San Martín explicó su cátedra "Encierros, sujetos y territorios" la cual busca llevar la experiencia en el primer centro a toda la Argentina. "No solo la cárcel castiga, hay otros encierros que funcionan como tales sin serlo dado a que vivimos en una comunidad en la que todo pareciera molestar: los migrantes, los viejos, los ricos que tienen miedo en sus barrios privados, los pobres en los barrios y demás personas" confirma la docente.
 Antes de finalizar agregó: "En época de meritocracia aportamos una mirada reflexiva, autocrítica y propositiva de algo tan complejo como los encierros, los territorios y los sujetos de los mismos"