martes, 20 de septiembre de 2016

No vivir atado a ninguna parte



“¿Cuándo comenzó el viaje? El 1 de Enero por un viaje con la facultad a España” cuenta Martín que no solamente hizo seis materias en un cuatrimestre en Madrid y se recibió de Comunicador Social (deben otorgarle las materias)  sino que también hasta se dio el lujo de enamorarse.

En su viaje por España no solamente recorrió lugares históricos, sino que también recorrió las calles en búsqueda de algo muy particular: una cancha de fútbol. “Yo pasaba mucho tiempo jugando con mis amigos y siempre quise ganar, en España el fútbol es muy diferente porque primero se busca tocar, después divertirse y por último –y si se puede- ganar

"Aprendí muchas cosas en el viaje, una: a decir te quiero"

Después de ahí pasó por muchos países, entre los que se pueden mencionar: Portugal, Francia, Irlanda, Inglaterra, Italia, Alemania, Rumania, Bulgaria, Serbia, Croacia, Hungría, Eslovaquia, Austria, Republica Checa... ah y me olvidaba, Finlandia, Estonia y Suecia.

Un día leyendo un libro de historia comprendió que estaba muy cerca de un lugar histórico que siempre le llamó la atención por todo lo que había sucedido en ese suelo. “Cuando salió la oportunidad de venir a Rusia no lo dudé, siempre me llamó la atención la cultura y también el idioma aunque se pocas palabras”. El comienzo no sería para nada fácil dado que empezó a más de 18 km de la Capital y el voluntariado era arreglar una pared algo que “no se me ocurrió en toda la vida poder hacer”.



 "Cuando lijaba una pared en San Petesburgo decía que hago aca con esta lluvia de mierda, trabajando por un arroz con queso y la gente que quería estaba lejos"

Acepta que en Bernal no valoraba muchas cosas que hoy valora y cree que eso lo ayudó a ser lo que es hoy en día. Reflexionando dice que lo más importante para un viaje es la energía y tiene de sobra. Hoy, trabajando de Comunnity Manager en un hostel del centro de Moscú por cama y desayuno cuenta con una sonrisa:

“En el desayuno hay huevo, pan, queso, café y te y todos los días eso también lo consumo de almuerzo. También cuando dejan comida no lo tiro, lo reciclo y lo como yo... ¿Por qué voy estar tirado esas cosas?”

Por el simple hecho de ser tacaño consigo mismo no se da grandes lujos aunque tiene cosas que no se pierde: “Gasto solamente 1€ por día que es destinado a una cerveza, lo malo es que en el hostel esta prohibido el alcohol entonces tengo que ir a tomarlo a un puente de 20 metros pero vale la pena”.

"Hoy me siento con energia y eso es el motor inicial"

Admite y no deja de nombrar una y otra vez que si tiene un lugar en el mundo es Bernal aunque ya conozca 4 países de América y más de 10 de Europa. Con el mismo viaje aprendió a ser paciente y a disfrutar el día a día que le toca vivir es por eso que todavía no sabe donde irá después de Rusia (si es que no se queda allí): “Actualmente mi viaje es como el de un marinero en el pasado, aprovecho donde estoy pero se que el viaje sigue. Todavía no tengo nada apuntado, quiero disfrutar de cada lugar”.

"Las cosas que mas extraña es cuando la familia te manda una fotito mandandote un asado, o todos tomando mate y yo no puedo compartirlo”

¿Cuál fue el mejor momento del viaje? Me anime a preguntarle y un mar de dudas lo inundaron. Primero pensó cuando volvió a ver a su padre en España después de mucho tiempo pero después comentó que en el viaje aprendió a conectarse más consigo mismo y más que nada corriendo: “Cuando escucho Learn to fly de Foo Fighters o Luz de Marfil de los Piojos me siento pleno en un paisaje que nunca recorrí y es una locura: la otra vez fui a dar vueltas por la Plaza Roja y recordar lo que se vivió donde yo estoy hoy es inmenso”.

"En Rusia la florería esta abierta las 24hs: no podes llegar sin flores tarde a tu casa, es una cultura nacional. Nunca llegues con flores pares


No solo aprendió eso y algunas palabras en Ruso, portugués y demás sino que también aprendió a decir una palabra que no había dicho nunca. “Soy una persona muy dura y tardé 23 años en decir te quiero. Me siento un boludo pero lo importante es que queda mucho tiempo para decir te quiero a la gente”.


"Estando lejos o cerca es lo mismo, el sentimiento no cambia”

 Pero no todo es color de rosas en un viaje a cientos de km de su casa, con otro idioma y miles de contextos ajenos al que vivió Martín en sus 23 años en Bernal. "A mi me robaron todo yendo de Sofía a Belgrado.. me quedé dormido en un tren nocturno porque no daba más y me levanté y no tenía nada” recuerda y su cara vuelve a transformarse en ese momento. Admite que estuvo tres días con impotencia total y que tener ropa en España un poco lo ayudó aunque perdió “más del 60% de la ropa que tenía”.

Esto lo resolvió de una manera: escribiendo. El periodismo siempre lo acompañó durante este viaje: grabó videos de paisajes sin hablar porque cree que esas imágenes hablan solas, trabaja de Community Manager actualmente y hasta se dio el lujo de entrevistar a Murray entre otros.

Pero ese día helado en el tren nocturno aprendió también otra cosa (que ya sabía): las redes sociales no muestran la realidad. “Desde ahí desconfío, me gustaría volver y saber que todo lo que veo en las fotos es lo que realmente estan pasando mis amigos y mi familia. Yo eso no lo subí a ningún lado y nadie se enteró”.

¿Tiene planes para el futuro? Claro, sería imposible no tenerlos. Constantemente tiene ganas de ir por distintos países, pero debe conseguir voluntariados por distintas páginas de Internet... lo que lleva unos cuantos días ubicar.
Caminante, no hay camino!

Se hace camino al andar... 

"Yo estando afuera aprendo a valorar lo que dejé: la familia, los amigos, la universidad. Dejé algunos temores del día a día cotidiano pero las raices y los amigos de toda la vida no se borran, podes conocer gente muy buena, parejas... pero nada como la gente que a uno le importa y le importa de verdad"




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