Algo relacionado al futbol mencionaba Alejandro cuando le preguntaban que iba a estudiar. Tenía muchas posibles jugadas dentro de esa área: psicología deportiva, medicina, kinesiología o mismo jugador. Diez años antes, cuando ese joven no pasaba los ocho de edad, ya tenía en claro lo que quería, ser preparador físico. Hoy, cincuenta años después de haberlo soñado y cuarenta de haberlo elegido, Alejandro Frega no duda: “¿Si no fuera preparador físico? Seria preparador físico”.
Criado en un ambiente futbolero, comenzó desde muy pequeño a mamar la cocina del futbol. Con familia genovesa y domingos en La Bombonera no tardo mucho su corazón en latir por esa pasión que todo pibe argentino sintió al menos una vez. Desde afuera, en la popular, encontró el juego. Intentando ser parte y quedando cerca del futbol profesional entendió que no todo sería tan fácil.
“El futbol es mi pasión....mi elemento (…) como dice Ken Robinson el elemento es la plenitud, la felicidad, la completud: eso es el futbol en mi” dispara con una sonrisa Alejandro, hoy más maduro y con la remera de Quilmes, club de su ciudad donde trabaja actualmente.

Ese lema lo acompañó desde Argentino de Quilmes a Juan Aurich, pasando por Huracán, River y la selección de Peru. “Mi mejor experiencia fue en la selección Peruana. Le tengo que agradecer a Fredy Ternero, que siempre confió en mi sin conocerme y me trato perfectamente, me abrió las puertas de Perú y pude hacer lo que más sabia: preparar jugadores”.

El momento más feliz de su vida fue cuando su amigo Jota Jota Lopez lo llamo para ir a River, pero también allí tuvo el instante más triste de su carrera. No fue fácil para este profesor de educación física y licenciado en alto rendimiento deportivo sacarse la espina de haber descendido.
“Fue lo más feo que me paso, nosotros hicimos todos los meritos suficientes, pero hay gente que hizo las cosas muy mal… por eso River se fue a la B” concluyó.
Hoy, sigue teniendo la misma felicidad de aquel niño de 18 años que empezó a estudiar Educación Física en el Instituto Nacional de educación física cuando ve una pelota rodar. Con la misma pasión que aquel niño de siete años que soñaba con este presente y con la pelota bajo el pie, como aquel adolescente que –como todos- quiso ser futbolista. Eso es hoy Alejando, el preparador físico que siempre soñó, con la pasión que siempre lo encadeno al futbol y la pelota como elemento más preciado.